Cómo es el mantenimiento de un reloj mecánico
Un reloj mecánico es una pieza tan compleja y extraordinario que queda muy lejos de ser un simple cronometrador. Ese disco en tu muñeca es una representación del arte y la ciencia, una ovación al ingenio humano. Sea que lo hayas comprado porque te encantó su aspecto o porque realmente eres amante de los relojes de lujo más especiales y te quieras convertir en un experto en estas piezas, debe servirte perfectamente sin problemas durante muchos años.
Cada rueda, engranaje, pieza y mecanismo de un reloj de este tipo es determinante en la fabricación de precisión y cronometraje. Hoy en día no es muy común encontrar relojes mecánicos, en su mayoría se han trasladado a los automáticos y los digitales. Por estas razones es que resulta casi necesario que aprendas a reparar tus relojes mecánicos. Hoy te enseñaremos cómo.
Los relojes suelen acumular suciedad en su interior y esto afecta su funcionamiento. La acumulación de suciedad y mugre en los cojinetes hace que las ruedas (en realidad, los engranajes se denominan ruedas) no puedan girar tan libremente, evitando que el movimiento funcione.
El movimiento está orientado en gran parte desde el barril de resorte donde una vuelta del este provoca cientos de vueltas de la manecilla de segundos, desafortunadamente, con este engranaje hay muy poco torque en la segunda mano. Por esta razón, la menor cantidad de suciedad y mugre en los cojinetes a lo largo del tren de engranajes hace que un movimiento deje de funcionar.
La mayoría de las veces, cuando se compra un reloj mecánico roto, todo lo que necesita es limpiarlo y engrasarlo. Pero esto no es tan fácil como parece, se debe desarmar por completo el movimiento de su reloj, limpiar cada pequeña parte, volver a ensamblarlo y engrasarlo.
Herramientas que necesitarás
Para realizar un trabajo preciso con cada mantenimiento de tu reloj debes contar con un juego de destornilladores de joyero de buena calidad, en especial si se trata de un reloj antiguo. Los tornillos de estos relojes son más resistentes que las puntas de muchos destornilladores, por esto, si estos últimos no son lo suficientemente sólidos se desintegrarán rápidamente.
Además, necesitas titular de movimiento, engrasadores, palillos de dientes, aceite para relojes, limpiador ultrasónico, solución de limpieza y enjuague, pinzas de joyero (no magnéticas) y desmagnetizador.
Desarmar y limpiar el mecanismo
Desmontar el reloj para determinar las piezas que pueden estar desgastadas. Debes ir desmontando una por una las piezas –comienza por quitar las manecillas delanteras para luego retirar el mecanismo interno– y verificando que cada una permanezca en buenas condiciones. Al hacerlo es importante que las separes en recipientes para que no se te pierda ninguna, por ser de un tamaño tan pequeño esto puede suceder fácilmente.
Cuando hayas desarmado el mecanismo es momento de que limpies y seques las piezas, para después comenzar a engrasar los mecanismos. Un gran porcentaje de las fallas de los relojes mecánicos es que el aceite se seca.
Posteriormente, comienza a armar el reloj, recuerda poner cada pieza en su lugar –ninguna puede faltar o quedar desajustada– para que funcione correctamente.
Pulir el cristal
Solo un poco de cuidados asegurarán que tu reloj resista el desgaste diario lo suficiente para que resista al paso del tiempo. La mayoría de los relojes hoy en día tienen cristales de zafiro, que son resistentes frente a los golpes y los rasguños, sin embrago, hay algunos que tienen cristales de acrílico. Lo bueno es que son materiales que se pueden pulir fácilmente; igualmente puedes probar el limpiador para las luces de los carros que funciona bien.
De esta forma tendrás tu reloj mecánico en perfecto estado y conservará su funcionamiento y estética en excelentes condiciones por mucho tiempo. Por último, recuerda que el mantenimiento se debe realizar cada tres años.